Capacitación Empresarial en Tiempos VUCA

«En lo que respecta a capacitación, hoy las empresas se dan cuenta que las ‘metodologías disruptivas’ funcionan mucho mejor que las metodologías clásicas.»

por Néstor Gutman

Fuente: Revista Empresarial (Colombia)

https://revistaempresarial.com/actualidad-empresarial/capacitacion-empresarial-en-tiempos-vuca/

“Lo único permanente es el cambio” proponía el filósofo Heráclito hace más de dos mil años, aunque nos ha costado todo ese tiempo aceptarlo. Hoy nos damos cuenta que los tiempos VUCA (volátiles, inciertos, complejos y ambiguos según su sigla en inglés) son el paradigma que conviene mirar de frente si queremos obtener logros sostenidos en nuestras empresas. Esto nos pone frente a un difícil desafío: ¿Qué objetivos nos planteamos y cómo planificamos cualquier proceso estratégico, sabiendo que todo será distinto mañana?

La clave no está en lo que tenemos que aprender hoy, sino en generar la competencia clave que permita a las organizaciones aprender en forma permanente. O sea, tenemos que ayudar a nuestra gente a ‘aprender a aprender’. Esto implica crear una cultura y mecanismos de mejora continua, y proveer propuestas lo suficientemente atractivas como para despertar la curiosidad y la motivación para seguir aprendiendo más allá de posiciones y edades.

Los humanos tenemos una neuro-plasticidad increíble que nos permite aprender sin límites, siempre que nos animemos a cruzar las barreras de nuestra zona de confort. En lo que respecta a capacitación, hoy las empresas se dan cuenta que las ‘metodologías disruptivas’ funcionan mucho mejor que las metodologías clásicas. Las estrategias disruptivas consisten en diseñar capacitaciones que sorprendan, impacten y movilicen a los participantes a la acción, más que a incorporar conocimientos.

Hablamos de dinámicas ágiles, participativas, lúdico-creativas y experienciales, que pueden darse en forma virtual o presencial, y que incluyen recursos tales como ‘rompehielos’ para crear clima, exposición herramental, juegos en equipo, ejercicios individuales, role-playing, momentos de reflexión, tratamiento de situaciones reales e identificación de acciones de mejora. Lo que se busca es que los participantes se sorprendan y su cerebro ‘haga click’. Y que esto los mueva a querer mejorar.

Las temáticas también se van actualizando a un ritmo cada vez más veloz. Esto requiere que nosotros, los consultores, seamos los primeros en abrazar al aprendizaje permanente y trabajemos para estar todo el tiempo incorporando nuevas competencias. Somos nuestros propios conejillos de indias ya que, para enseñar, debemos primero practicar e incorporar esas competencias. Lo que aprendemos y crecemos con esta dinámica es increíble y nos da la fuerza necesaria para contagiar a nuestros clientes.

Más allá de contenidos técnicos o específicos, las temáticas más solicitadas por compañías vanguardistas durante el 2020 (plena crisis global por COVID19) son los siguientes: Creatividad, Inteligencia Emocional, Motivación, Resiliencia, Administración de Tiempos y Energías en Homeworking, Liderazgo Siglo XXI, Trabajo en Equipos Remotos, Mejora de la Experiencia del Cliente (Calidad de Servicio), Estrategia de Ventas Siglo XXI y otros aún más novedosos como Storytelling con Data, Growth Mind to Mind Hacking (mañana, luego de escribir este artículo, seguramente surgirán otros nuevos).

Por otro lado, la modalidad virtual que se potenció con el aislamiento por COVID19 nos aceleró las puertas a implementar capacitaciones flexibles donde el mismo participante elige ‘su propia aventura’ de aprendizaje. Estos tiempos donde la información está al alcance de la mano también hacen que no se necesite un consultor experto que explique, sino más bien facilitadores que ayuden a las personas a obtener por sí mismas lo que necesitan para crecer dentro de la empresa.

En mi experiencia observo que la edad, el nivel de estudios o el puesto que alguien ocupa no son impedimentos para seguir aprendiendo. Es el mindset: las creencias y modelos mentales que nos predisponen a aferrarnos a lo conocido por miedo al fracaso o, por el contrario, a animarnos a ‘desaprender’ y a probar cosas nuevas. Y este mindset se puede cambiar, tanto en nosotros como en otros, tal como lo demuestra la psicóloga de Stanford Carol Dweck.

Por último, una confesión personal: mis 54 años de vida no me impide sentirme joven. Pienso que la vejez comienza cuando uno deja de practicar la curiosidad y se rinde a no crecer más. Pienso que lo mismo aplica a las empresas.